«Un verdadero padre no abandona a sus hijos», esta es la frase con la que nos quedamos después de ver ‘Padres por desigual’. Se trata de una comedia familiar cuyo estreno coincide está previsto el 1 de enero coincidiendo con las fiestas navideñas.

Escrita y dirigida por Sean Anders (‘Cómo acabar sin tu jefe’, ‘Dos tontos todavía más tontos’), junto con Brian Burns, esta película está protagonizada por Will Ferrell, otro habitual en las estúpidas comedias americanas, que en esta ocasión interpreta el papel de Brad, un hombre que tiene una vida feliz y sosegada junto a su mujer Sara (Linda Cardellini) y los dos hijos de esta. Brad es un hombre cariñoso y atento que se esfuerza en ser un buen padre para sus dos hijastros, pero de repente su situación da un giro de 360º cuando aparece el padre biológico de estos: Dusty (Mark Walhberg).

Dusty es un hombre aventurero y «cachas» que presume de físico y aprovecha cualquier despiste para quedarse sin camiseta. Tras enterarse de que su ex-mujer ha rehecho su vida con otro hombre, decide volver a casa para intentar recuperar a su esposa e hijos, con la estrategia de ridiculizar a Brad y mostrarse como un padre «guay» al que pueda admirar su familia. De este modo, ambos entran en un combate por mostrarse como el mejor padre para esta loca familia.

El argumento de esta película se adecua perfectamente a las fechas en las que se estrena y puede incluirse en la categoría de «para pasar el rato». Los actores principales no transmiten mucho, y aunque algunas escenas son graciosas, en general la película carece un poco de sentido. El guión no sigue una estructura clara y da saltos en el tiempo que no se explican, se deben adivinar; aunque siendo la típica comedia de Hollywood, se sabe exactamente como va a acabar nada más ver los primeros 5 minutos.

Como conclusión, es ‘Padres por desigual’ es una película sosa y poco interesante, pero que se puede ver si te apetece desconectar un rato del mundo y comer un buen paquete de palomitas.