Lo que podía haber sido la vida normal de una niña cualquiera no fue así, así nos lo cuenta Malala Yousafzai a través del documental dirigido por Davis Guggenheim: ‘Él me llamó Malala’. El próximo 6 de noviembre se estrena esta película que comienza con el relato del origen del nombre de esta extraordinaria adolescente y que nos sumerge en el retrato de Malala de manera diferente y emotiva.

Sinopsis: Un retrato íntimo de Malala Yousafzai, la activista paquistaní herida por un talibán que atentó contra su escuela. Ganadora del Premio Nobel de la Paz, la persona más joven que jamás ha recibido tan prestigioso galardón, Malala fue señalada como objetivo por los talibanes y sufrió graves heridas por arma de fuego cuando regresaba a su casa, en el Valle de Swat (Pakistán), en su autobús escolar. La entonces adolescente de 15 años (nació en 1997) fue señalada, junto con su padre, por manifestarse a favor de la educación de las jóvenes. El ataque que sufrió provocó la protesta de quienes la apoyaban en todo el mundo. Sobrevivió milagrosamente y es ahora una destacada defensora de la educación de las jóvenes en todo el mundo, como cofundadora del Fondo Malala. El aclamado realizador de documentales Davis Guggenheim (Una verdad incómoda, Esperando a Supermán) nos muestra cómo Malala, su padre Ziauddin y su familia están comprometidos a luchar a favor de la educación de todas las adolescentes de todo el mundo. La película nos permite echar un vistazo desde dentro de la vida de esta extraordinaria joven, desde su estrecha relación con su padre, que le infundió el amor por la educación, hasta sus apasionados discursos en la ONU, pasando por su vida cotidiana con sus padres y hermanos. “Un niño, un profesor, un libro y un bolígrafo pueden cambiar el mundo». – Malala.

Malala cuenta su propia historia, su dura realidad y lo que ha sido su vida desde que los talibanes llegaron a su pueblo del Valle del Swat, Pakistan, en el año 2007, para ejercer la supremacía y así imponer su ideología política por medio de la religión. Junto a sus padres, Ziauddin Yousafzai y Toor Perkai Yousafzai, y sus hermanos, Khushal y Atal Yousafzai, nos muestran la otra realidad que se vive dentro de los paises que se rigen bajo el Islam.

La vida de esta joven singular y diferente, se desarrolla bajo la educación y el respeto. Su padre Ziauddin Yousafzai, era director y profesor en su propia escuela en el pueblo en el que vivían y del que tuvieron que salir trás el atentado que sufrió Malala a los 15 años de edad mientras viajaba en el autobús del colegio, atentado en el que también fueron heridas sus dos compañeras del colegio.

La bala dirigida a Malala entró por la parte izquierda de la frente dejándola en coma y afectando a los movimientos faciales que ahora tiene parcialmente paralizados. La protagonista y su familia relatan estos acontecimientos con total naturalidad, pero los autores del atentado no consiguieron callar la voz de esta adolescente de ahora 17 años que sigue luchando por la igualdad de las niñas frente a los niños de todos los países en los que se les prohíbe el acceso a la educación y una mejora social que a nosotros
nos parece impensable, pero que si existe.

La joven explica como es su vida ahora y como era antes de sufrir el atentado, como llegaron los talibanes al poder y como fueron sucediendo los años en aquel pueblo de Pakistán. Una niña que tuvo que vivir uno de los peores episodios que puede llegar a sufrir una persona, pero que aun así no le han quitado la ilusión de seguir luchando como lo hacía en su país ni las ganas de sonreír y ver el lado bueno del mundo.

Amable, sincera, cariñosa y activista, así se muestra Malala, galardonada en el año 2014 con el Premio Nobel de la Paz, la más joven de la historia de los premios más importantes del mundo.