“Voy a componer una música en honor al pueblo de las carreteras que busca la paz y la libertad porque, a mi edad, también busco la paz y la libertad”, estas fueron las palabras de Ennio Morricone, en respuesta a la propuesta que Christian Carion le hacía, para acompañar las imágenes de ’Mayo de 1940’.

Como bien apuntaba el maestro Morricone, autor de la banda sonora de la cinta, ‘En mai, fais ce qu’il te plaît’ (es su título original) honra a los pueblos del norte de Francia que tuvieron que abandonar sus hogares y emprendieron un camino rumbo al sur a medida que los alemanes avanzaban, convirtiéndose en refugiados de guerra dentro de sus propias fronteras.

Mayo de 1940 fue un mes clave. Se había declarado la guerra y las tropas alemanas comenzaban los ataques e invasiones en territorio francés. Entre 8 y 10 millones de personas dejaron sus casas, sus cosechas y posesiones -sus vidas, al fin y al cabo- huyendo del terror de la ofensiva del ejército alemán. El gobierno francés no se hizo cargo de ellos, abandonándoles a su suerte y dejando a los «exodianos» desprotegidos ante los bombardeos de los nazis.

Alejándose del patrón de películas que hablan de la II Guerra Mundial (y, desde la perspectiva de los aliados, adquieren un tono que a veces peca de nacionalista), ‘Mayo de 1940’ intenta acercarse a todos los personajes. Así, vemos la perspectiva de los soldados alemanes, que en muchos casos solo eran jóvenes de veinte años cuya única ambición era la de volver a casa. También aparecen soldados franceses y británicos, y -algo inusual- vemos representados a los civiles alemanes que se oponían al régimen. El resultado es una mezcla de idiomas y culturas que, en conjunto, componen la resistencia contra el III Reich.

Otro elemento innovador dentro del género es la alusión a las películas de propaganda, en las que los alemanes rodaban escenas que intentaban capturar la supremacía del ejército alemán frente al francés, recreando campos de batalla con prisioneros, vistiéndoles de soldados y dándoles armas de fogueo, para después filmar una matanza.

‘Mayo de 1940’ es la cuarta producción de Christian Carion. ‘Feliz Navidad’ (2005) fue elegida para proyectarse en la gala de los Oscars y, a pesar de tratar un tema que también era tabú para los franceses, resultó un éxito. “Todos los países tienen historias tristes y vergonzosas que esconden bajo la alfombra”, ha comentado el director.

Dedicada a su madre, Carion no podía haber escogido mejor momento para presentar la cinta a los medios: este primero de mayo, día de la madre. Y es que el cineasta ha explicado que ella vivió el éxodo rural cuando tenía catorce años y,  junto a muchos otros testimonios recopilados, ha sido inspiración para el guion del metraje.

No es una historia sobre la guerra, sino sobre lo que ocurría durante la guerra, sobre las personas y la energía de la gente que quiere salir adelante. Respecto al evidente paralelismo con la realidad actual en Europa -con la situación de abandono de los refugiados sirios (y de otros países)-, Carion ha aclarado

que ‘Mayo de 1940’ no pretende ser denuncia, puesto que no podían anticiparse a la actualidad.  Pero ha admitido la resonancia inevitable del filme con los acontecimientos de los pasados meses y, posicionándose, añade que «no importa cuántas fronteras se cierren a los refugiados, porque la desesperación les motivará a seguir avanzando, y acabarán haciéndolo.»

En el aspecto técnico, tanto el sonido, como los efectos especiales (con una impresionante recreación de tanques y aviones Stuka, por ejemplo), como la interpretación del reparto (August Diehl, Olivier Gourmet, Mathilde Seigner, Alice Isaaz, Matthew Rhys, entre otros) aportan verosimilitud a este conmovedor largometraje del que podremos disfrutar el 6 de mayo en nuestros cines. Digna de aconsejar a todos los conocidos, es una película para mirar con detenimiento, atento a cada detalle, e, incluso, volver a verla.