El nominado al Oscar y al Globo de Oro en la categoría de Mejor actor de reparto por «12 años de esclavitud» en 2013, Michael Fassbender, y la ganadora del Oscar a Mejor actriz en ‘La vida en rosa’ en 2007, Marion Cotillard, componen el inmejorable reparto de ‘Macbeth’, la nueva adaptación de Justin Kurzel (‘Snowtown’, 2012) de una de las obras más famosas de William Shakespeare que llegará al cine el próximo 25 de diciembre.
Aunque la obra es bien conocida y ha sido adaptada para el cine en otras ocasiones de la mano de grandes directores, como Orson Well en 1948 o Roman Polanski en 1971, merece la pena detenerse en la historia para el que todavía no la conozca. Macbeth narra la historia de un conde escocés que un día recibe la profecía de que algún día será rey de Escocia. Tanto su esposa como su ambición provocan que este acabe asesinando al rey para ocupar su trono.
Esta historia de misticismo sombrío y ambición enamoró a los escritores y dramaturgos románticos y hoy lo vuelve a hacer en su representación cinematográfica más oscura. La tragedia envuelve a Macbeth desde el principio del film. Ya en la primera batalla, la fotografía y el color invaden la pantalla para introducirnos en una Escocia mística y oscura. Los sueños, los espíritus y las brujas se entremezclan con la realidad de Macbeth, el cual, poco a poco se ve arrastrado y consumido por su ambición culminando en un terrible acto de traición. Más tarde, la culpa y desasosiego trastornan a ambos personajes hasta el límite.
Sin embargo, antes de decidirse por ver Macbeth es necesario recalcar algunos detalles. Esta película no es una historia épica de guerreros y héroes que luchan incansables en innumerables batallas. Lejos del cine de acción y aventuras «palomitero», Macbeth se centra en los trastornos internos de los personajes protagonistas más que en los acontecimientos que se van
sucediendo. Los monólogos de Macbeth y Lady Macbeth crean atmósfera y son los protagonistas de esta película, algo que muchos aborrecerán ya que ralentiza el ritmo de la misma en contraste con otros momentos del film. Apenas se les dedica tiempo a las escenas de lucha, aunque son verdaderamente espectaculares en su representación. Para los amantes de la fotografía esta película puede ser un ejemplo del uso del color y las sombras, muy destacado en los momentos de acción y ensueño que protagoniza Macbeth.
En resumen, una adaptación oscura y sombría como no se había visto antes, en la que luce el reparto y se disfruta al máximo de la estética, el color y la fotografía. No es una película de acción, por lo que, las personas que estén buscando esto (el tráiler puede confundir en ocasiones) que por favor, se abstengan de verla. El resto, a disfrutarla.
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