La nueva película de Peter Segal, protagonizada por Jennifer López, llega a nuestros cines este viernes 8 de febrero
Mujer, latina, madre adolescente, cuarentona, sin estudios y abandonada por su novio al no querer formar una familia. Estos son solo algunos de los numerosos estigmas sociales personificados en la figura de Maya Vargas, a quien da vida nada menos que JLo.
En ‘Jefa por accidente’ –o ‘Second Act’ en su título original- Maya es una mujer cargada de sueños, con años de experiencia como subgerente de un centro comercial pero sin ningún título universitario, lo que le impide una y otra vez ascender en su puesto de trabajo. Sus ansias por romper este techo de cristal hacen que su ahijado decida falsearle el currículum, haciéndolo parecer de lo más apetecible para una prestigiosa empresa de cosméticos de Manhattan, que no duda en contratarla como asesora. Sin apenas pretenderlo, Maya se ve atrapada en una compleja red de mentiras que acaban por alejarla de su pareja (Milo Ventimiglia) y que curiosamente la van uniendo al mismo tiempo a la hija de su jefe (Vanessa Hudgens).
Lo nuevo de Segal actúa como una crítica social en mayúsculas, creando una trama a partir de temas tan controvertidos como la lucha por el empoderamiento femenino, el síndrome de la titulitis frente a la meritocracia, el embarazo adolescente o la dictadura de la belleza y la juventud. Una auténtica ‘película boomerang’, de esas que te patean en la cara y te muestran lo que hay, devolviéndote lo que mereces. Aunque es calificada por muchos como una comedia de enredo moderna, lo cierto es que hay escenas muy conmovedoras que acarician con gusto el drama. Quizá sean estas precisamente las que caen en el cliché y pueden hacer que algunos giros del guión resulten demasiado previsibles.
No obstante, lo que es innegable es que el argumento es entretenido y engancha desde prácticamente el principio, consiguiendo arrancarle al espectador tanto carcajadas como lágrimas. Puede que sea por el dinamismo de sus diálogos y su banda sonora millenial, o por la gran variedad de planos de situación y movimientos de cámara de carácter inmersivo, que contribuyen a favorecer la identificación con los personajes. En cualquier caso, notamos algo de la esencia de Ejecutivo Agresivo – también obra del director estadounidense- y de otras películas como Dando la nota, especialmente en las escenas donde aparece el grupo de amigas de Maya al completo.
Pero solo cuando los créditos inundan la pantalla es cuando uno es consciente de las múltiples lecturas que pueden hacerse de esta película. La primera, que un papel no nos define. La segunda, que aunque cometamos errores, lo importante es procurar enmendarlos. La tercera, que todo el mundo merece una oportunidad para demostrar lo que vale. Y la cuarta, que jamás hay que rendirse ante las adversidades, porque el destino termina conectando los puntos, como bien apuntaba Steve Jobs.
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