‘El Puente de los Espías’, crítica

En medio de una crisis de calidad cinematográfica existente desde hace ya algunos años,  uno llega a perder la fe en la cartelera de los viernes.  Los estrenos llegan en forma de superhéroes; también de secuelas, precuelas y se cuela, a su vez, otro superhéroe. La cosa empeora si le sumamos aquellas producciones elpuentedelosespias-660x374grandes en dólares y pacata en argumento: hasta los más grandes han sucumbido. Por ello, hace tres días regresaba a una butaca numerada con mis sentidos cinéfilos afilados. Sin embargo, dos tráilers, nueve anuncios y 135 minutos de película después, algo había cambiado… ¡Tenía ganas de escribir una buena crítica!

Dirigida por Steven Spielberg y protagonizada por Tom Hanks, ‘El Puente de los Espías’ se estrenaba en las salas españolas este viernes 4 de diciembre tras la premiere celebrada el lunes en Madrid. Spielberg-Hanks; Hanks-Spielberg: el orden de apellidos tan ilustres nunca alterará el producto final de una película cuando estos dos grandes maestros se juntan. Junto a una dirección impecable y la actuación de un actor para el que se agotan los calificativos, veo obligatorio destacar la figura de Mark Rylance. Llámenme loco, pero este secundario logra lo inimaginable: desviar la atención sobre Tom Hanks en su persona. No digo nada y lo digo todo; Matt Charman y los hermanos Coen escriben el brillante libreto de una historia que el cine echaba de menos. Espera, ¿los hermanos Coen? Si eres un fiel seguidor de sus cintas, te sorprenderá de forma muy grata ver su nombre en los créditos finales (la dirección de fotografía corre a cargo de Janusz Kaminski, presente en la mayoría de sus producciones). Sobresaliente trabajo sustentando la trama bajo un acabado visual fiel al contexto espacio-tiempo y a los cambios de escenario que cada acto de la película exige.

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Mark Rylance (izq.) y Tom Hanks (dcha.) en una secuencia de ‘El puente de los espías’

James B. Donovan, un abogado especializado en seguros y padre de familia, hombre sencillo donde los pinten, es elegido para defender ante el Tribunal Supremo a un ciudadano ruso acusado de espionaje llamado Rudolf Abel. Éste último es el personaje principal de las primeras secuencias de la película, brillantes. Apenas hay  diálogo, pero su actitud flemática y su rutina diaria, basada en la pintura, nos aleja del prototipo de espía al que estamos acostumbrados y nos acerca a la sencillez que suele caracterizar a la realidad, por mucho que nos neguemos a verlo. La primera mitad del film contiene dos tags principales: humanidad y jurídico. Donovan, de la noche a la mañana, es involucrado en un fregao del Estado, un asunto que afectará por completo a su persona y también a su familia. Defender a un ruso en Estados Unidos en aquella época es como defender ahora mismo a Piqué por los aledaños del Bernabéu… Arriesgado. Sin embargo, ante un caso en el que el juez ya ha decidido antes de celebrarse el juicio, muestra su convicción y amor ciego a la ley escrita, a su creencia de que todos merecen ser defendidos, esquivando todos los ganchos rellenos de prejuicios y tergiversadas creencias patrióticas. Por ello, mientras su vida privada se ve perjudicada, él se empeñará en defender a su cliente hasta el final.

MagaZinema-Puente-de-los-espíasUna vez dictada la sentencia -shhhhh- comienza otra película más oscura. Aquí entra en escena, sin lugar a dudas,  el prestigioso trabajo de Kaminski, recreándonos el clima de terror del frente oriental europeo. Un enrevesado juego geopolítico en el que todos son sospechosos dentro de un clima hostil donde las armas no son de fuego, sino más bien de oratoria política y, en mayor medida, psicológicas. Dos ciudadanos estadounidenses son capturados por el bando soviético y nuestro protagonista se trasladará a la Alemania Occidental para llevar a cabo, como un simple ciudadano, un canje entre prisioneros. Es una segunda mitad más fría y calculadora. Una guerra entre las dos grandes potencias mundiales del  momento en la que cada una quería demostrar a la otra cuán fuerte era, compuesta por «micro-batallas» diplomáticas y burocráticas con las que Donovan tendrá que lidiar. ¿Qué sucederá, finalmente, en el puente X? Shhhhh.

‘El Puente de los Espías’ es una lección de cine extraordinaria. Steven Spielberg, más que querer retratarnos una cinta de espías al uso, un thriller donde la tensión se palpa en cada plano desde su principio hasta su final, elevando el número de pulsaciones por minuto, y rodar un determinado número de secuencias preparadas a consciencia con el fin de formar parte de los artículos tan de moda «los 10 momentos más…», se acerca a una de sus tantas clases de historia que impide su descenso como asignatura más odiada, acompañada una vez más de personajes creíbles, de un equipo técnico espectacular y de un guión que cruza la película con el entretenimiento y la profundidad necesaria cogidos de la mano. Tom Hanks y Mark Rylance huelen a Óscar; no tanto el título, ya que carece de aquellos momentos de intensidad que tanto gustan a los académicos, pero tendrá su merecido hueco en las quinielas. En resumen, por esta película, merece la pena seguir siendo creyente del buen cine. Porque, de lo contrario, ¿ayudaría?

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