‘El Plan’: la pantalla como escaparate de una realidad social

La película del joven director Polo Menárguez, protagonizada por actores de la talla de Antonio de la Torre, Raúl Arévalo y Chema del Barco, se estrena este viernes 21 de febrero

‘El Plan’ es la historia de una terrible tormenta humana. Basada en la obra teatral homónima de Ignasi Vidal, promete ofrecer una nueva perspectiva en su segunda vida en la gran pantalla. Tres amigos y ex compañeros de trabajo en paro quedan un día cualquiera a las nueve de la mañana para llevar a cabo un plan –que no acaba por definirse- cuya ejecución va retrasándose a causa de distintos contratiempos, que les impiden salir de casa.

Ante esta frustrante situación, Paco (Antonio de la Torre), Ramón (Chema del Barco) y Andrade (Raúl Arévalo) se verán sobrepasados, lo que provocará una serie de discusiones donde los protagonistas intercambiarán pullas y reproches y revelarán grandes secretos que cambiarán para siempre sus vidas.

Envuelta en un aura deliciosamente cotidiana, ‘El Plan’ funciona como escaparate de una realidad social: el hecho de que a veces, al ser humano –atrapado en el abismo de sus problemas personales- le resulta imposible escapar de la espiral de caos en la que se ve inmerso por uno u otro motivo. Los factores externos conducen al hombre a un desenlace trágico, contra el que ni él mismo es capaz de luchar. Así, el relato presenta una mirada distinta, de corte psicológico, sobre ciertos temas como el desempleo, la depresión, la infidelidad, la carencia afectiva, la adicción o el victimismo.

Todo lo anterior se encarna, sobre todo, en el personaje de Ramón. En medio de su aparente sensatez, no es más que una marioneta manejada por su propio subconsciente. Presiente lo que sucede, pero a la vez no confía en sus propios presentimientos, por lo que parece vivir a caballo entre la realidad y la fantasía.

La brillante interpretación de Chema del Barco –quien lleva años representando el papel sobre los escenarios españoles- se equipara a la de sus compañeros Antonio de la Torre y Raúl Arévalo, manteniendo en todo momento un equilibrio argumental perfectamente creíble y verosímil para el espectador. Con todo, no es tan realista como extremista, ya que la intención del director es jugar con las atmósferas dramáticas, no hacer una película costumbrista al uso.

Con una trama relativamente sencilla y la utilización de un solo espacio –la casa de Paco- por el que se mueven tres titanes del séptimo arte, Polo Menárguez consigue dar en el clavo, seduciendo y manipulando a través de su aparente simplicidad. Sin artificios técnicos, pero con una invaluable carga emocional.

En definitiva, ‘El Plan’ es una cinta amarga, que comienza como una especie de comedia pero cuyo final inesperado refleja el drama intrínseco de una sociedad hundida en el fango por completo. Difícil de digerir y, por tanto, difícil de olvidar.

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