La emblemática película de Sergei Eisenstein vive una segunda juventud gracias al cómic ilustrado por Pablo Auladell que acaba de publicar Libros del Zorro Rojo
Hace noventa y cuatro años, el gobierno soviético le encargó a un joven Eisenstein -abrumado aún por el éxito de su opera prima ‘La Huelga’– la realización de una película que conmemorase el vigésimo aniversario del fallido golpe revolucionario de 1905. Hace unos meses, fue Pablo Auladell, galardonado con el Premio Nacional de Cómic, el que recibió un encargo por parte de la editorial Libros del Zorro Rojo: darle una nueva vida a esta obra maestra del cine europeo. Se completó de este modo una brillante analogía con la finalidad de modernizar y acercar ‘El acorazado Potemkin’ tanto al viejo como al nuevo público. El reto no era nada fácil, teniendo en cuenta que hablamos de la que es considerada por muchos expertos la mejor película de la historia. Pero Pablo hizo lo que él sabe hacer: dibujar viñetas.
Así comenzó a gestarse ‘Potemkin’, una novela gráfica que pretende ser el homenaje tangible a uno de los directores y teóricos de cine más influyentes del siglo XX. La presentación del libro tuvo lugar el pasado lunes por la tarde en la emblemática Sala Equis; un encuentro donde cinéfilos y melómanos disfrutaron envueltos en la inconfundible luz roja del local. En un diálogo con el crítico cultural Jordi Costa, el ilustrador del cómic comentó algunas anécdotas sobre el proceso de creación de este ambicioso proyecto.
“Querían unas ilustraciones impactantes, que preservaran la esencia del cine mudo y no la corrompieran”, explicaba Auladell para justificar la ausencia casi total de letra en el cómic. Y es que la carga simbólica ha de recaer siempre en las imágenes, no en los diálogos, tal y como sostenía Eisenstein. No hay que olvidar que el cine soviético le otorgaba la máxima importancia al montaje a la hora de representar un conflicto: “Dos planos que independientemente significan algo, unidos tienen una doble lectura. Lo mismo ocurre con las viñetas”.
Jordi Costa confesaba haberse sentido gratamente sorprendido con el resultado. Tras incontables versiones, adaptaciones y hasta parodias de la historia narrada en ‘El acorazado Potemkin’, esta novela gráfica ha superado con creces las expectativas del crítico. Ante la sonrisa de Pablo, aseguró varias veces que “las ilustraciones parecen incluso anteriores a la película de 1925. Es como si hubieran salido del cuaderno de notas de Eisenstein, de su propio storyboard”.
El blanco, el negro y el gris predominan en sus viñetas; viñetas que recrean todo aquello que el director soviético imaginó un centenar de años atrás y que configuran un viaje onírico, poético y sublime donde ninguna decisión visual parece tomada a la ligera. No obstante, Pablo Auladell, en su afán de superar otro de los retos que le planteó la editorial –darle un toque de color a la novela sin traicionar por ello el cine de Eisenstein- incluyó una bandera roja en una de las ilustraciones, un indudable guiño a la bandera que fue tintada a mano tras el revelado en las primeras versiones del filme.
La presentación culminó con la actuación en directo de la banda de rock psicodélico Raisa, acompañada del guitarrista Xisco Rojo. El conjunto puso música a la mítica secuencia de la escalera de Odessa, un espectáculo de lo más original que no es la primera vez que ofrecen al público.
Aunque no podemos afirmarlo con seguridad, coincidimos con Costa en que a Eisenstein probablemente le fascinaría esta nueva adaptación de su obra. Un auténtico placer revolucionario, ahora en cómic.
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