Crítica de ‘Palmeras en la Nieve’

Tras nuestro paso por la Premiere de ‘Palmeras en la Nieve’ en los Cines Kinépolis, no nos resistimos a ver la película antes que nadie para contaros nuestras impresiones. Como la mayoría sabréis, esta película está basada en la novela homónima de Luz Gabás y se estrenará en cines el próximo 25 de diciembre.

¡Palmeras en la Nieve’ nos lleva hasta 1953, cuando Killian (Mario Casas) abandona la nieve de la montaña oscense para iniciar junto a su hermano, Jacobo (Alain Hernández), el viaje de ida hacia una tierra desconocida, lejana y exótica: la isla de Fernando Poo (Guinea Ecua30torial). En las entrañas de este territorio exuberante y seductor, le espera su padre (Emilio Gutiérrez Caba), un veterano de la finca Sampaka, el lugar donde se cultiva y tuesta uno de los mejores cacaos del mundo.

En esa tierra eternamente verde, cálida y voluptuosa, los jóvenes hermanos descubren la ligereza de la vida social de la colonia en comparación con una España encorsetada y gris; comparten el duro trabajo necesario para conseguir el cacao perfecto de la finca Sampaka; aprenden las diferencias y similitudes culturales entre coloniales y autóctonos; y conocen el significado de la amistad, la pasión, el amor y el odio. Pero Killian cruzará una línea prohibida e invisible y se enamorará perdidamente de una nativa, Bisila (Berta Vázquez). Su amor por ella, enmarcado en unas complejas circunstancias históricas, y el especial vínculo que se crea entre el colono y los oriundos de la isla transformarán la relación de los hermanos, cambiarán el curso de sus vidas y serán el origen de un secreto cuyas consecuencias alcanzarán el presente.

Por otra parte, en el año 2003, Clarence (Adriana Ugarte), hija y sobrina de ese par de hermanos, llevada por la curiosidad del que desea conocer sus orígenes, se zambulle en el ruinoso pasado que habitaron Kilian y Jacobo visitando Guinea Ecuatorial para descubrir los hilos polvorientos de ese secreto que finalmente será desentrañado.

palmeras_nieveEste es el argumento de ‘Palmeras en la Nieve’, una película sorprendente a la par que interesante que destacará, en un primer momento, por su espectacular apartado visual, el cual nos traerá una fotografía repleta de paisajes de ensueño rodados entre Canarias, Colombia y Huesca. La cinta, a su vez nos traslada a la época colonial, cuando España se dedicaba a ir por el mundo adueñándose de tierras ajenas y esclavizando a sus habitantes. Estos ingredientes, sumados al buen ritmo con el que arranca la película, conseguirán atrapar al espectador desde el principio.

Las más de 700 páginas que componen el libro quedan retratadas en las 2 horas y 40 minutos que dura la película. Parece lógico hacer una película larga de un libro largo, pero en este caso es demasiado e insuficiente a la vez. Me explico: en general las películas que sobrepasan las 2 horas de duración suelen hacerse largas, y este es sin duda el caso de ‘Palmeras en la Nieve’; sin embargo, pese a lo larga que es, da la impresión de que pasa por encima por muchas de las pequeñas historias que componen el argumento. ¿Habría sido más lógico dividirla en dos partes? Probablemente si.

31Fernando González Molina se encarga de dirigir este trabajo, que sin duda es el más importante y complejo hasta la fecha. La dirección es correcta, e incluso en algunos momentos brillante, pero sufre altibajos que alejan a la película de ser un trabajo redondo. Por otra parte, las interpretaciones cumplen sin ser memorables, pero dan al film el carácter sentimental que a veces nos recuerda a un culebrón.

En definitiva, ‘Palmeras en la Nieve’ aspira a lo más alto con esta adaptación de la novela de Luz Gabás que nos muestra un mundo desconocido en el que las relaciones familiares, amorosas y de poder-sometimiento nos llevan a través de los años y de la evolución de un pueblo que acabará revelándose por su libertad. Todo ello decorado con unos paisajes sobrecogedores y aderezado con la preciosa banda sonora compuesta por Lucas Vidal.

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